Hoy deberíamos hablar del fin de la protesta de los agricultores, que paralizó nuevamente la frontera provocando pérdidas millonarias en el transporte. Pero no hay ninguna novedad frente a lo previsto salvo el hecho de que amenazan con volver a finales de octubre.
En lugar de ello hablaremos de otra noticia que lleva tiempo gestándose, la desaparición de la histórica fábrica de semirremolques LECIÑENA.
Fundada en 1965 en Utebo (Zaragoza), se especializó en fabricar según las especificaciones del cliente y en innovar con el uso del aluminio y de ejes de diseño propio. Durante decenios fue la marca que más se veía en nuestras carreteras.
La crisis financiera dio una estocada a Leciñana, que entró en concurso de acreedores y acabó vendida al grupo sevillano Melgasal Invest en 2017. Tras unos años buenos, surgieron nuevos problemas financieros y a principios de este año volvió a declararse en concurso. El grupo inversor Albidania lanzó una oferta de compra que permitiría relanzar la marca. Pero tras el visto bueno del Juzgado Mercantil a la operación, Albidania se ha echado atrás. Según parece, la información de los activos y pasivos de que disponían era incompleta, y tras analizar los datos definitivos concluyeron que la operación no es viable.
Si nadie lo remedia, en breve será liquidada una -otra mas- de las grandes empresas históricas. España avanza inexorablemente en su camino hacia la desindustrialización