Ha trascendido que la Guardia Civil ha detenido a un transportista bajo acusaciones penales e inmovilizado su vehículo. ¿El delito? montar unos neumáticos en la tractora de perfil más alto que los originales, y por eso le acusan de falsedad documental.
Aunque la acusación puede parecer muy bizarra y desproporcionada, el instituto armado tiene razón. Al menos sobre el papel.
Hasta la década de 1980, cuando no existían las ITV y los coches tenían una potencia muy limitada, era un cambio muy frecuente. Poner unos neumáticos de distinto perfil es la forma más económica de modificar la relación de cambio sin modificaciones en la mecánica: Neumáticos de mayor perfil tienen más diámetro y por tanto con cada vuelta del motor se recorre más trecho. Ganas velocidad punta y disminuye el consumo. Por el contrario, neumáticos de menor perfil reducen el diámetro y acortan las relaciones de cambio dando menor velocidad máxima pero mayor aceleración y consumo. Así es como empezaba el “tuneado” en aquellas épocas, aunque muy a menudo este efecto era accidental. Ponías los neumáticos que había disponibles, usados o recauchutados y te encontrabas con que el comportamiento de tu vehículo cambiaba notablemente.
Pero hay un efecto colateral que es el que aquí puede incluso llevar a la cárcel a este transportista: velocímetro y cuentaquilómetros no miden el movimiento real del vehículo, lo calculan a partir de la velocidad de giro de las ruedas o ejes. Al poner neumáticos mayores, el camión recorre más quilómetros y más rápido de lo que indican el tablero de instrumentos y el limitador de velocidad. Y como el tacógrafo utiliza los mismos datos, su información la consideran falseada de forma criminal.
Así pues, mucho cuidado al elegir los neumáticos. Un error puede resultar mucho más caro de lo que creíamos.