Bélgica, presidente de turno del Consejo de la Unión Europea, está intentando cambiar las medidas para disminución de la morosidad que se votaron en el parlamento europeo el mes pasado aunque la ley definitiva tardará en ser aprobada.
Su intención es rebajar estas medidas de “reglamento” a “directiva”, para que los países miembros no estén obligados a adoptarla.
Así pues, de un plumazo, la morosidad real podrá mantenerse o aumentar manteniendo la morosidad “legal” baja y unas estadísticas preciosas.
Las grandes empresas que pueden forzar dilatados plazos de pago a sus proveedores -y algunos gobiernos- están encantados con la perspectiva de este cambio que les permitiría mantener un flujo de caja boyante sin recurrir al endeudamiento