Por la autovía A-70, circunvalación de Alicante, circulan entre 80.000 y 95.000 vehículos diarios. Muchos más de los que puede absorber la vía, que se colapsa con frecuencia. El Ministerio ha puesto en marcha una prueba piloto de 3 meses de duración en la que un tramo de la AP-7 será gratuito para que parte del tráfico de la autovía -y especialmente los camiones en tránsito- se desvíe por ella.
Ese tramo de la AP-7 fue construido por una empresa privada, pero debido a la falta de rentabilidad tuvo que ser “rescatado” en 2018. Es decir, que todos los españoles hemos pagado para que se construya y volvemos a pagar para poder usarla.
La liberación de peajes de la AP-7 en Cataluña produjo el efecto de trasvasar el tráfico de la N-340 -una carretera con alta siniestralidad, muchos radares y rotondas- de modo que pasó a colapsarse y aumentar la siniestralidad en la autopista (también aumentó el tráfico en la C-32, con peajes mucho más caros pero que permite evitar el tramo más conflictivo de la AP-7)
Dado que la A-70 es una autovía en condiciones, es de suponer que no se producirán tantos problemas. Inmediatamente tras el anuncio, en Málaga han empezado a exigir la gratuidad de su tramo de la AP-7, aunque el Ministerio se niega a planteárselo ya que allí la autopista aún está en manos privadas y el dinero que costaría su rescate se necesita para autopistas ferroviarias que atraen más las inversiones de Bruselas