Si tienes planes de conducir por Burgos, ármate de paciencia… y quizá también de un par de ruedas de repuesto. La recién bautizada “Carretera de los Pinchazos” se ha convertido en un escenario de pesadilla para los conductores. En los últimos días, decenas de vehículos han sufrido pinchazos inesperados al toparse con tornillos y clavos esparcidos a lo largo de la calzada. La Guardia Civil ha intervenido varias veces para limpiar la zona, y en una ocasión llegaron a recoger ¡7 kg de clavos! Lo que hace pensar que más que una simple casualidad, esto es una “lluvia” de clavos bien organizada.
La pregunta del millón es: ¿quién está detrás de esto? Aunque aún no se ha identificado al responsable, casos similares en el pasado han señalado varios posibles motivos. Desde el típico taller de reparación de neumáticos que busca incrementar su clientela de forma poco ética (un clásico), hasta protestas locales por asuntos de tráfico, e incluso actos vandálicos sin razón aparente. ¿Quizás alguien lo considere una nueva forma de diversión? Sea como sea, las investigaciones siguen su curso.
Pero el peligro no solo se limita a los neumáticos pinchados. La Guardia Civil ha recordado que detenerse en mitad de la carretera para cambiar una rueda aumenta considerablemente el riesgo de ser atropellado por otros conductores distraídos. Según las estadísticas, muchos accidentes ocurren cuando las personas bajan de sus vehículos en estas situaciones.
Así que, si pasas por Burgos, mantén los ojos bien abiertos y, si es posible, evita la “Carretera de los Pinchazos” hasta que se resuelva este misterio lleno de clavos. ¡Que no te toque cambiar una rueda en el peor momento!