Cuando hablamos de logística, solemos imaginar grandes almacenes, camiones de última tecnología y complejas rutas de transporte. Pero en el mundo del narcotráfico, la logística alcanza un nuevo nivel de creatividad… ¡y riesgo! Los narcotraficantes han logrado convertir el transporte de drogas en un arte de la ocultación.
Cada día cruzan todas las fronteras cientos de cargamentos de drogas ilegales. Lo habitual es burlar los controles aduaneros ocultándolos dentro de contenedores mezclados con mercancías legales de formas altamente creativas para disimular su aspecto y sobre todo su olor.
Pero todavía se confía una buena parte de la logística del narcotráfico a métodos de la vieja escuela: atravesar océanos por mar o aire y, al amparo de la noche, desembarcar la mercancía en playas desiertas o transbordarla a barcos pequeños que pueden llevarla a tierra sin levantar sospechas.
Se han descubierto en plena selva astilleros ilegales, que cambian de ubicación frecuentemente, en donde producen en serie submarinos caseros capaces de atravesar el océano sin ser vistos. También se han interceptado drones aéreos de carga.
En resumen, un complejo pero bien engrasado aparato logístico.
Es un subsector con características muy adaptadas al transporte de mercancías ilegales de muy alto precio, pero el entramado logístico que lo rodea es muy meritorio y merecería estudios a fondo. Seguro que algunas enseñanzas provechosas podríamos obtener para el sector del transporte.
